10. Tu casa es un lío
Si no trabajas de forma regular en la organización y el mantenimiento de la limpieza de tu casa, puedes esperar el desastre. El polvo se acumula, las cosas quedan fuera de control, la ropa no está bien recogida y tus cosas no se guardan en su sitio. Lo primero es lo primero, dedícate un par de horas a la semana a la limpieza de tu hogar. Contrata ayuda si la necesitas y te lo puedes permitir, o encuentra una manera de disfrutar del tiempo de limpieza. (Puedo ver la televisión o escuchar música.) Además de dedicar un tiempo, que es la solución obvia, hay un montón de cosas que puedes hacer para acelerar todo el proceso. Acostúmbrate a doblar la ropa y cuando la guardes, organízala por colores o algún otro esquema fácil de recordar para que nunca tengas que pensar en dónde la has puesto para poderla encontrar fácilmente más adelante. Hablando de organización, debes comenzar a organizarte antes de salir a comprar cualquier producto por lo que realmente tienes que saber lo que necesitas (si es el acaso) y evitar desperdiciar tu dinero.
9. Eres adicto a la tecnología
Bueno, hay una buena adicción y hay malas adicciones. La tecnología puede tener
Comentarios recientes